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Lily Parr, una pionera en Preston

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Un texto de: Sarah Wickham


Corría el año 1921 y la FA acababa de prohibir a las mujeres jugar al fútbol en los campos afiliados de la
federación. En un comunicado en el que podía leerse: “Habiendo recibido quejas sobre el fútbol jugado por mujeres, el Consejo se siente impelido a expresar enérgicamente la opinión de que el fútbol no es apropiado para las damas y no se debe animar a estas a practicarlo”, el fútbol femenino -y el progreso- sufrían un duro varapalo. Era indudable que el fútbol femenino había visto un gran incremento de su popularidad, en parte gracias a las grandes jugadoras de la época, como la protagonista de nuestra historia.
 
Sin duda Lily Parr no parecía, ni de lejos, una jugadora de fútbol. Su estatura -1’80- pero también sus hábitos -era un fumadora empedernida- podrían haberla hecho pasar como una mujer más de la época y no precisamente como una de las super estrellas del fútbol inglés. Parr comenzó en el fútbol a los 14 años, allá por 1919, destacando como una potente jugadora y una artillera letal que tenía el gol en la cabeza. 
Sus buenas actuaciones sobre el terreno de juego con St. Helens Ladies hicieron que Alfred Frankland, el entrenador del mayor rival de St. Helens, el Dick, Kerr’s Ladies la convenciese para tenerla entre sus filas.

El Dick, Kerr’s Ladies era uno de los primeros equipos femeninos que había visto nacer Inglaterra. Fundado durante la I Guerra Mundial en Preston por la Dick, Kerr & Co, y cuyas mujeres habían entrado en la plantilla de la empresa en 1914 para ayudar a la producción de munición para la Gran Guerra.
En épocas de baja producción y a pesar de ciertas reticencias, la empresa decidió entretener a sus trabajadores con improvisados partidos de fútbol. Las Dick, Kerr’s Ladies nacerían después de una victoria frente al conjunto masculino de la fábrica y Alfred Frankland, uno de los jefes de los trabajadores, se convertiría en su entrenador. Sería el principio de una exitosa carrera que se extendería hasta 1965. 

Comenzaron a llenar campos y a hacerse muy conocidas. Mayoritariamente jugaban partidos benéficos que tenían como objetivo recaudar fondos para los heridos de guerra, aunque también concertaban algún que otro amistoso informal. La popularidad de las Dick, Kerr’s Ladies no paraba de crecer. Un equipo de
Francia viajó a Inglaterra para enfrentarse al famoso equipo y disputaron cuatro partidos en los que las Dick, Kerr’s Ladies recaudaron cerca de 3.000 libras para causas benéficas. Los partidos de vuelta se disputaron en Francia, algo que disparó aún más la popularidad del equipo femenino. A su regreso a Inglaterra estaban más solicitadas que nunca y comenzaron a llenar estadios (llegaron a reunir a 53.000 personas en Goodison Park). El veto a las mujeres por parte de la FA solo consiguió que disminuyera el dinero recaudado por el equipo. 

Parr había conocido durante su trabajo en Dick, Kerr & Co. a Alice Norris, una de sus grandes amigas y posteriormente compañera de equipo. A ellas se unió Alice Wood, otra trabajadora que también había jugado en el St. Helen’s. Las tres eran excelentes jugadoras pero Parr destacaba sobre el resto. 
Se había críado en Union Street, en una casa de alquiler de Gerrard’s Bridge en St. Helen, rodeada de siete hermanos que se pasaban el día pateando un balón por lo que su pasión por el fútbol iba a ser solo cuestión de tiempo. En su primera temporada en las Dick, Kerr’s Ladies anotó 43 goles. En total en su carrera- que se extendió de 1919 a 1951- marcó 900 tantos
La habían descrito como alta, rápida y poderosa. Una jugadora que era capaz de anotar un gol desde el ángulo más insospechado y una verdadera luchadora. Todo un ejemplo para otras mujeres que habían descubierto el fútbol pero que se habían topado con una incomprensible prohibición. Para cuando las Dick, Kerr’s Ladies eran ya un equipo popular, Lily Parr era toda una estrella y, como todas las estrellas, también tenía enemigos aunque multiplicados esta vez por mil debido a su doble condición. Estrella y mujer. El equipo, comandado por la cabeza visible de Parr, era una máquina de recaudar fondos, algo que tuvo bastante que ver en la prohibición de la FA. Sus constantes ayudas a sectores como el de los mineros procuró una realidad en el veto de la Federación que tan solo podía leerse históricamente entre líneas: el Dick, Kerr’s Ladies había comenzado a tomarse como una herramienta peligrosa al servicio del Movimiento Laborista británico.

Durante la prohibición las Dick, Kerr’s Ladies se marcharon de gira por los Estados Unidos, donde Lily Parr fue descrita como “la jugadora más brillante del mundo”. A su regreso a Inglaterra, English Electric había comprado Dick, Kerr & Co. y despidió a todas sus trabajadoras, Parr incluída.

Lily jugaría su último partido el 12 de agosto de 1950, con 45 años, donde anotó el gol 900 de su carrera en la victoria de 11-1 frente a Escocia. Para entonces ya trabajaba en un hospital y se había casado con su compañera Mary. Nunca había escondido su condición homosexual. En 1967 enfermó de cáncer y moría en 1978, siete años después de que la FA levantara la prohibición de 1921.

En 2002 se convirtió en la única mujer que entró a formar parte del Salón de la Fama del Museo Nacional del Fútbol Inglés. Parr era todo un icono del fútbol femenino inglés y de los movimientos que luchan por los derechos de los homosexuales. Entre 2007 y 2009 se celebró el Trofeo Lily Parr en el que participaron equipos del movimiento LGTB de Francia, Inglaterra y Estados Unidos, en homenaje a la gira de las Dick, Kerr’s Ladies -que se convirtieron en las Preston Ladies- por los Estados Unidos.
Hoy, en parte gracias a mujeres como Lily Parr, el crecimiento del fútbol femenino en Inglaterra es de sobresaliente, con una Super Liga que cada año gana más adeptos y que se retransmite por televisión.

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