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Irak: bajo el poder de Uday Hussein

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Sí,  es cierto que para Sadam Hussein el fútbol nunca fue un arma política de primer orden. Como también es cierto que tras su llegada al poder en 1979, el futbol iraquí dio un giro de 180 grados. Irak pasó de convertirse en una de las principales potencias futbolísticas asiáticas a verse envuelta en una espiral de corrupción y violencia sin precedentes.


LOS ORÍGENES

El origen del fútbol en Irak se remonta a principios del siglo XX, introducido, muy probablemente, por los británicos y siendo uno de los primeros clubes el Medan al Tarbiya, fundado en Bagdad en 1923. La Liga Premier de Irak (Dawri Al-Nokhba) se fundó en 1974, cinco años antes de la llegada al poder de Sadam Hussein, y sustituía a la denominada Liga de Bagdad o Liga de Institutos, en la que participaban únicamente equipos de la capital del país.
La IFA (Asociación de Futbol de Irak) se crea en 1948, afiliándose a la FIFA dos años más tarde, en 1950.

Políticamente, en 1974Sadam Hussein se había convertido en la cabeza visible del Partido Baaz Árabe Socialista, siendo designado presidente de la República en 1979 y poniendo en marcha una serie de medidas que pasaban por una reorganización política y un fuerte interés en todo lo que rodeaba al petróleo, entrando en guerra con Irán en 1980 por el control de los pozos de combustible.

Concertado el matrimonio cuando Sadam apenas contaba 5 años, Hussein se casó en 1958 con Sajida Talfah y tuvo cinco hijos: Hala Hussein, Rana Hussein, Ragdah Hussein, Qusay Hussein y Uday Hussein

 
EL CONTROL

El acaparamiento de poder conllevó que Sadam Hussein pasara a controlar todos los aspectos de la sociedad iraquí, incluído el fútbol, por supuesto. El manejo total de todo lo que rodeaba a un deporte que se había establecido con éxito en el país fue entregado a familiares y círculos de confianza de Sadam Hussein, lo que derivó en una espiral de abusos, extorsiones, violencia y corrupción.

De esta manera, por ejemplo, Barzan y Watban Ibrahim se hicieron cargo del Salah-Al Deen en 1982, ganando el título de liga de una manera un tanto oscura. El hijo de Sadam, Uday Hussein, creaba en 1983 el Al-Rasheed, que no solo ascendió a primera división en un abrir y cerrar de ojos, sino que además ganó tres ligas consecutivas (1987, 1988, 1989) y tres campeonatos árabes. Por si fuera poco, Mirza Mahmoud, guardaespaldas de Sadam, dirigía el Al-Shabab y además era nombrado presidente de la IFA tras la ejecución de su predecesor Faleh Akram, un opositor al régimen. Uday Hussein era nombrado presidente de la IFA y dirigente del Comité Olímpico de Irak en 1984. Con tan sólo 20 años, Uday se convertía en la máxima autoridad en materia de deportes del país. Definido por numerosos deportistas exiliados como cruel, sádico y extremadamente violento, Uday impuso el terror en todas las esferas deportivas del país con el objetivo de conseguir éxito y gloria.

En 1999, el defensa internacional Sharar Haydar se convirtió en el primer deportista en denunciar públicamente las prácticas de Uday, confesando haber sido detenido en cuatro ocasiones por orden directa del hijo de Sadam, una de ellas en 1994 cuando decidió retirarse de la selección de Irak, por lo que fue encerrado y brutalmente torturado. 


La extorsión, los sobornos, los encarcelamientos y las torturas no paraban de sucederse. En 1993, Uday proclamaba una medida trampa. Los deportistas se encontraban con la posibilidad de abandonar Irak y podían fichar por otros clubes. Eso sí, debían entregar la mitad de su sueldo a la IFA.

Uday se había convertido en un monstruo aficionado a las mujeres, al lujo y a los coches caros. También a las apuestas deportivas, lo que conllevaba un amaño de partidos en la liga doméstica que se preparaba en su despacho intimidando y sobornando árbitros. Evidentemente, el no como respuesta a las variadas ofertas no estaba permitido.

A pesar de las denuncias de organizaciones como Amnistía Internacional, muchos de los que conformaban el entramado futbolístico iraquí afirmaban no conocer nada sobre la corrupción y las torturas que sufrían jugadores, técnicos y árbitros. Por ello no debe resultar curioso que el sucesor de Uday en la IFA, Hussein Saeed, uno de los oficiales de Uday, afirmara no conocer absolutamente nada de las oscuras prácticas que se llevaban a cabo en el seno de la Federación.

LA OCUPACIÓN

En 2003 se iniciaba la invasión y ocupación estadounidense que, deportivamente, dejaba al fútbol mucho más tocado si cabe. El seleccionador de Irak, por entonces el alemán Bernd Stange, abandonaba su cargo en junio de 2004 con un récord de 21 victorias, 8 empates y 11 derrotas, y conocedor de todo lo que pasaba en el país con respecto al fútbol.

Detenida la liga tras la entrada de las tropas estadounidenses, se intentó retomarla en octubre de 2004, pero el miedo de la población era latente y la asistencia a los campos no alcanzaba las 100 personas por lo que fue nuevamente suspendida, reiniciándose otra vez en junio de 2005. A pesar de todo, en 2004, Irak había conseguido clasificarse para los Juegos Olímpicos de Atenas (lograría un cuarto puesto) y con el país prácticamente destruído, en 2007 los leones de Mesopotamia ganarían la Copa de Asia tras vencer a Arabia Saudí. Era la primera de su tortuosa historia.

Acusado de crímenes contra la humanidad Uday Hussein fue abatido a tiros junto a su hermano Qusay por el ejército estadounidense el 22 de julio de 2003 en Mosul. El 13 de diciembre de 2003 Sadam Hussein era capturado en Tikrit en una operación conjunta entre el Ejército estadounidense y oficiales kurdos iraquíes siendo ejecutado la víspera de Nochevieja de 2006. 



Un texto de: Álvaro Ramírez | @alv_var 

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