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Nenad Bjelica: ingeniería croata en La Mancha

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Nenad Bjelica comenzaba su trayectoria en su ciudad natal, en un modesto club llamado Metalac Olt de donde pasó al NK Osijek. Fue en aquel club de la ya extinta Yugoslavia donde el joven Bjelica se asentó en el once titular y comenzó a llamar la atención de clubes de su país y también de España. El primero en llamar a su puerta fue el Atlético de Madrid. Ginés Meléndez y Rafael Candel fueron los principales artífices de que Bjelica pasase cuatro años en el Albacete.

Bjelica llevaba varias semanas en el Atlético, de hecho, había disputado un par de encuentros, llegando incluso a marcar tres goles. Jugaba junto a Luis García, Futre o Schuster, pero nunca llegó a firmar un contrato y no dudó en aceptar la oferta del Albacete.

Sus comienzos no fueron nada fáciles ya que en la primera temporada el entonces entrenador del Albacete, Julián Rubio, no parecía contar demasiado con el croata. Bjelica debutó en la séptima jornada, contra el Burgos, momento a partir del cual, Rubio va dándole más minutos en el terreno de juego. Su progresión se ve detenida cuando se decide prescindir de los servicios de Rubio, que es destituído. El club manchego
contrata entonces a Víctor Espárrago que opta por apostar por los jugadores más veteranos del equipo, lo que hace que Bjelica se vea relegado de nuevo al banquillo. No volverá a saltar al césped hasta la jornada 36, en un partido contra el Oviedo.

Tras una primera temporada irregular para el Albacete, Bjelica disputa en total 7 partidos, sin ningún gol en su cuenta. El Albacete logra mantenerse en la categoría y Espárrago continúa en el banquillo. Una serie de lesiones, entre ellas las de importantes jugadores como Catali o Zalazar, hacen que Bjelica vuelva a contar para el equipo. En la temporada 1993/1994, el croata es titular el primer partido que enfrenta a los manchegos al Athletic, pero es sustituido al descanso. El Albacete deja una pésima imágen y comienzan a buscarse culpables. Uno de ellos el croata, que no volverá a contar para el técnico.

Bjelica no se rendirá y esperará su oportunidad que llega cuando Espárrago es destituído y aparece en escena Benito Floro. Nenad iba a pasar del ostracismo al protagonismo en un abrir y cerrar de ojos. La campaña no iba a ser, desde luego, espectacular para el Albacete, que terminó descendiendo en la promoción frente al Salamanca aunque el descenso no terminaría por suceder ya que finalmente habría una Liga de 22 equipos.

La temporada 1994/1995 iba a ser la temporada en la que Bjelica iba a asumir los galones que le daría Benito Floro y lo haría además con una garra y una fuerza que terminarían por meterse al público del Carlos Belmonte en el bolsillo. Fue, también, la temporada de un glorioso paso por la Copa del Rey.
Como si de un sueño se tratase, el Albacete se plantó en semifinales. Habían eliminado al Zaragoza y esperaba el Atlético de Madrid. Iba a ser uno de los grandes momentos de Bjelica. En el minuto 87, Nenad se vengaba del equipo con el que no había firmado un contrato, ponía en pie al público albaceteño
y mandaba al Albacete a las semifinales de la Copa, en la que cayeron frente al Valencia.

El Albacete desciende de categoría, pero Bjelica decide quedarse en el club. El Extremadura confirma un descenso que no se había producido anteriormente y Benito Floro deja su puesto a Iñaki Sáez, que vuelve a confiar en Bjelica que se convierte en uno de los grandes jugadores del equipo. Sus grandes actuaciones no pasaron desapercibidas para nadie, recibiendo ofertas de numerosos y grandes equipos -entre ellos, el Atlético-, pero fue el Betis el que finalmente terminó por llevarse a Bjelica, que jugaría junto a Finidi, Jarni o Alfonso y llevaría al Betis a la final de la Copa del Rey, tras un famoso partido frente al Celta.


Un texto de: Rafael Gallego

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